¿Alguna vez han sentido que aquellas cosas que deseamos tanto y por las que esperamos tanto tiempo, nunca llegan a suceder? ¿Qué es lo que sucede?
Bueno, la cuestión es esta: “La mayoría de personas nos aferramos tanto a cosas
que no valen la pena”,y muchas veces esas cosas terminan siendo muy insignificantes.
Pero, ¿Por qué lo hacemos? O mejor dicho ¿Para qué? …
Muchos creemos que esperar por aquellas cosas nos ayudará a llenar
los verdaderos vacíos de nuestra propia alma.
A veces creemos que nuestros pensamientos son los mejores del mundo,
no sabemos qué hacer para que las cosas cambien para mejorar.
Muchas veces nos cerramos solo para ver lo que queremos ver;
muchas veces solo hacemos las cosas porque se tienen que hacer y no por que queramos hacerlas;
muchas veces nos dejamos influenciar por los que nos rodean,
con el afán de simpatizarles y nos tomen en cuenta para seguir adelante.
Casi siempre nos preguntamos si nuestras ideas son buenas;
casi siempre hacemos las cosas que consideramos son correctas;
casi siempre iniciamos algo por convicción y terminamos dejándolo de lado y solo a medias,
por temor a no encontrar una verdadera y acertada solución.
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