Los seres humanos no somos perfectos, por lo que erramos, sin embargo eso no es excusa para pedir perdón o justificarse de las cosas que hacemos.
El errar continuamente solo trae confusión y desconfianza para quienes nos rodean.
Somos débiles e imperfectos, aunque siempre nos hacemos los fuertes y perfectos.
Vivimos felices amando a los demás, pero muchas veces ni siquiera nos amamos a nosotros mismos.
Cuando estamos solos lloramos, y cuando alguien nos acompaña podemos hacerlos llorar y eso nos martiriza más.
Siempre buscamos defendernos de todo mal y luego reclamamos el dolor que nos ha
causado, pero no nos damos cuenta que hay alguien que ya ha apaciguado un poco ese dolor, pero aun así renegamos.
Cuando uno aprende a amar de verdad, no existen diferencias, solo se puede observar el alma y el corazón, por lo que olvidamos cualquier razón.
Cada vez que amamos tratamos de hacer felices a nuestro ser querido, dándole atenciones especiales y constantes. “No podemos ocultar el estar enamorados, ya que lo manifestamos de demasiadas maneras con el transcurso de los días”. No nos importa ser heridos, el amor es algo que siempre podrá sanar todas las heridas del corazón.
Cuando uno ama se entrega en cuerpo y alma.
El poder del amor verdadero sobrepasa todo entendimiento. Vence los obstáculos de cualquier impedimento para llegar a la tan añorada felicidad.
¡Acuérdate siempre, amar es perdonar y olvidar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario