Siempre escuchamos el “Hazme caso, solo quiero lo mejor para ti”, dicen que solo intentan cuidarnos de todo peligro ya que tienen la experiencia que a nosotros nos falta.
Pero, existen veces que ya exceden esa “ayuda” que nos brindan. Empiezan a “SOBRE-PROTEGERNOS” y a imponernos demasiadas prohibiciones lo que provoca solamente más rebeldía.
Desde que nacemos nuestros padres nos cuidan, protegen, nos dan educación, vivienda y sobre todo vestimenta. Esto es asumido por ellos desde que se hacen responsables de traernos al mundo. Muchos hijos dicen: “ Yo no te he pedido nada de eso”, es por eso que los padres se sienten mal, ya que ellos te lo han dado sin que les exijas nada, pero aun así no has sido capaz de responderles como ellos querían.
La protección no es mala, pero la “SOBRE-PROTECCIÓN” si lo es, esto en algún sentido nos afecta negativamente ya que no vivimos las cosas por nosotros mismos, solo dejamos de vivir lo que otros ya hicieron.
En la adolescencia os hijos comenzamos a tomar decisiones para así sentirnos un poco independientes, autónomos y capaces.
Si nos sobre proteger demasiado nos pueden hacer dudar de nuestras decisiones, nuestra autonomía e individualidad.
Para los padres, les es difícil aceptar que sus hijos están creciendo y volviéndose individuos autónomos, con capacidad propia de elección.
Las intenciones por lo que nuestros padres nos protegen son buenas, pero hay que reconocer que existen limitaciones en cuanto a la autoridad que se debe ejercer sobre los hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario